The Real Reason Your Makeup Isn't Sticking?

¿La verdadera razón por la que tu maquillaje no se adhiere?


A todas nos ha pasado. Terminas tu rutina de cuidado facial matutina, te aplicas la base y, en cuestión de minutos, algo no va bien. Quizás se ve a parches. Quizás se acumula en las zonas secas. Quizás se escurre de la zona T. Sea como sea, tu maquillaje simplemente no se porta bien. Y da igual lo buena que sea tu base o lo caras que hayan sido tus brochas, tu piel se niega a seguirte el juego.

El problema es que el maquillaje no se adhiere bien a la piel que no está preparada. Y, en la mayoría de los casos, el culpable es la crema hidratante, o más concretamente, usar una crema hidratante inadecuada antes de maquillarse.

La crema hidratante adecuada hace mucho más que hidratar. Es el nexo entre el cuidado de la piel y el maquillaje. Debe hidratar profundamente, suavizar la textura y ayudar a la piel a retener la hidratación durante todo el día. Cuando la piel recibe lo que necesita, el maquillaje se aplica con facilidad, se mantiene intacto y luce fresco durante horas. ¿Y si no? Aparecen la descamación, la acumulación de grumos y las manchas.

Hablemos primero de hidratación. Seguramente has oído hablar del ácido hialurónico, y con razón. Es uno de los mejores ingredientes para hidratar la piel y darle un aspecto terso y luminoso. Pero lo que mucha gente desconoce es que no todos los ácidos hialurónicos son iguales. Existen tipos de alto peso molecular que se quedan en la superficie de la piel creando una capa protectora, y tipos de bajo peso molecular que penetran más profundamente e hidratan desde el interior. Para obtener los mejores resultados, lo ideal es una combinación de ambos: piensa en ello como una hidratación profunda, desde dentro hacia fuera.

Pero la hidratación por sí sola no garantiza una piel perfecta. Ahí es donde entran en juego ingredientes como la niacinamida . Mientras que el ácido hialurónico ayuda a que la piel se sienta más suave e hidratada, la niacinamida actúa para mejorarla . Ayuda a refinar la textura, regular la grasa, unificar el tono y reducir el enrojecimiento. Con el tiempo, suaviza esas pequeñas imperfecciones y zonas secas donde el maquillaje tiende a acumularse. Así que, si buscas una mejora a largo plazo en el aspecto de tu maquillaje, la niacinamida debería formar parte de tu rutina.

Luego está el tema de mantener la hidratación. La piel que pierde hidratación rápidamente termina viéndose apagada o descamada al mediodía. Ingredientes como las ceramidas y el escualano ayudan a fortalecer la barrera cutánea y a retener la hidratación sin dejar sensación grasa. Son los héroes anónimos que mantienen toda esa hidratación —y tu base de maquillaje— donde debe estar.

En resumen: si tu maquillaje se corre, se acumula o simplemente no se mantiene en su lugar, quizás sea hora de replantearte los productos que te aplicas antes del maquillaje. Tu crema hidratante no solo debe hidratar, sino también preparar tu piel para que se adhiera mejor a los demás productos que apliques después.

Cuando encuentres una fórmula que hidrate profundamente, suavice la textura y retenga la humedad, tu piel no solo lucirá mejor, sino que estará mejor. Y de repente, tu base de maquillaje se aplicará de maravilla, tu rubor se difuminará sin esfuerzo, ¿y ese brillo natural que tanto has deseado? Por fin se verá real.

Porque un buen maquillaje no empieza con la base.
Comienza con una piel que esté preparada.


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